sábado, 23 de marzo de 2013

MI CONFRONTACIÓN CON LA DOCENCIA


MI CONFRONTACIÓN CON LA DOCENCIA

En este breve ensayo intento concentrar el trabajo realizado durante el módulo I de la especialidad de competencias docentes  para la Educación Media Superior.

Mi experiencia como docente tiene muchos puntos en común la de los compañeros que partimos de una formación universitaria técnica, sin una preparación pedagógica, en la que compartimos muchos sentimientos y procesos de mejora.

Desde que era estudiante, en los años 80,  de la carrera de Biología, sabía que una de las oportunidades de trabajo que tendría al concluir la carrera  era la de la docencia. La idea de ser maestro todavía no dominaba en mi cabeza, yo me veía como un investigador en el campo y el laboratorio más que lidiando con adolescentes en algún aula.

Sin embargo, la oportunidad de ser docente llegó rápido, primero en la misma escuela superior de biología, luego en el bachillerato.

La actividad como maestro, para mi y para muchos de mis cogeneracionales, era para aquellos que habían fracasado en la obtención de una ocupación digna de un científico, de tal forma que quienes incursionábamos en la docencia lo considerábamos como algo temporal o poco digno de platicar en las reuniones con nuestros excompañeros. Pensando de está manera rechacé en más de una ocasión el dar clases a nivel secundaria porque me resultaba denigrante.

Pasó el tiempo y la condición temporal como maestro se volvió permanente, ya son más de veinticinco años en que comparto la actividad docente con actividades profesionales de diversa índole.

La reflexión de Esteve, La aventura de ser maestro, parece un retrato de mi vida como docente. Mi primera experiencia en el aula  resultó aterradora, no tenía idea de que actitud tomar frente al grupo, me concreté a llevar la mayor cantidad de información posible tanto en mi memoria como en materiales de apoyo, los resultados no fueron tan malos pero no me sentía satisfecho.

Viene entonces la etapa del ensayo y el error, trato de imitar las prácticas docentes de los que consideraba mis mejores maestros (que tampoco habían tenido formación pedagógica), trato de reconocer que prácticas y actitudes me dan mejores resultados y al paso de los años me voy puliendo como un mejor maestro.

Posteriormente, por necesidad doy el salto a la educación media superior, con otras características diferentes a los que ya me había acostumbrado en la educación superior: grupos más numerosos, menos recursos didácticos, estudiantes más inquietos, menos acostumbrados al trabajo constante y sin definición vocacional. Entra aquí un elemento al que no había enfrentado, la disciplina del grupo y se da un nuevo choque, resulta desgastante tratar de mantener el orden en los grupos, ¿qué actitud asumir? Sacar el látigo y a base de castigos mantener el orden, o no tomarle importancia y darme por bien servido si un puñado de los integrantes del grupo logra algún aprendizaje. Finalmente el ensayo y error me ubica en un punto medio.

Aquí aparece la formación pedagógica, en una de las escuelas donde trabajaba, tomo mis primeros cursos de formación docente, empiezan a aparecer explicaciones sobre muchas cosas que no entendía de mi desempeño docente (que había resuelto mediante el ensayo y el error) y aparece la luz en muchos pasadizos oscuros que aún tenía.

La formación docente se convierte en un elemento muy importante en mi actividad como maestro y, de manera imperceptible, actuó como catalizador para mejorar paulatina pero eficientemente mi desempeño en los diferentes espacios de aprendizaje.

El sentimiento de frustración que tenía en mis inicios como maestro se ha ido transformando en un sentimiento de orgullo y satisfacción a través del tiempo y la mejora como profesor que he descrito, siento un gran placer al reconocer a alguno de mis exalumno que se ha desarrollado exitosamente en alguna profesión o simplemente en su vida.

La percepción que tengo  ahora sobre mi como docente es la de una persona paciente, tolerante, con un alto nivel de empatía, comprometido con la adquisición de aprendizajes por parte de mis alumnos, preocupado en que estos aprendizajes les sean útiles para desempeñarse mejor en su trabajo o para que puedan adecuarlos a su vidas de tal manera que interpreten mejor los fenómenos y procesos que les suceden cotidianamente.

El cambió al nivel medio superior fue fundamental para formarme como docente, el  haberme mantenido en el nivel superior, al nivel de especialidad en que me encontraba, no me hubiera exigido el desarrollo de competencias docentes, simplemente tendría que mantenerme actualizado en la información del área en que me desarrollaba.

Los jóvenes acceden a la educación media superior en la adolescencia, una etapa particularmente difícil, llenos de indefiniciones, de temores y de ilusiones. Es una gran responsabilidad para nosotros, los docentes de este nivel educativo, el formar parte del  tránsito de estos jóvenes a la adultez, de desarrollar competencias y valores en ellos, de prepararlos para la vida y para el trabajo. Es motivo de satisfacción para nosotros reconocer que en mayor o menor medida cumplimos con este objetivo y que los jóvenes egresan de nuestros planteles preparados para incorporarse al nivel superior o al mundo del trabajo.

Algunos motivos de insatisfacción como docente lo ha vivido con la difusión a través de los medios de comunicación los resultados de la prueba PISA, en la que participan los países incorporados a la OCDE (la mayoría de los países de primer mundo) y más recientemente (a partir de 2008) la prueba ENLACE, particularmente la aplicada a los estudiantes de sexto semestre de nivel medio superior. En ambos casos los resultados están lejos de ser satisfactorios, en el caso de PISA, México ocupa los últimos lugares y en ENLACE los porcentajes de bueno y excelente todavía son preocupantemente bajos. Esto resulta desanimador para mí ya que considero parte de estos malos resultados son mi responsabilidad.

Por otra parte, la imagen pública que se ha creado el docente en los últimos años, como un personaje conflictivo que pasa más tiempo en las calles que atendiendo a sus alumnos en el sus planteles, la presencia de una lideresa del magisterio, eternizada en su puesto y ocupada en coquetear con el gobierno en turno también son motivantes de insatisfacción para mí.

Resulta interesante, al revisar la experiencia de mis compañeros de la especialidad, darse cuenta que a pesar de pertenecer a instituciones diferentes, a estar en regiones diferentes, de tener diferentes formaciones profesionales, de habernos formado en diferentes generaciones, tenemos muchas cosas en común en relación a nuestro trabajo docente, en nuestras expectativas, en nuestros motivos de satisfacción y preocupación, en nuestras actitudes ante los problemas, en nuestras convicciones sobre nuestro trabajo.

Este ejercicio de reflexión ha producido en mi una especie de catarsis, en la que he visto pasar ante mi las diferentes etapas de mi vida como docente, trayéndome nuevamente sentimientos de angustia y alegría y ha renovado la motivación para desempeñar mi trabajo como docente.

jueves, 21 de marzo de 2013

Los saberes de mis estudiantes


LOS SABERES DE MIS ESTUDIANTES EN EL USO DE LAS TIC’s Y DEL INTERNET.

He comentado previamente que el Tezontepec de Aldama, Hgo. es un poblado de agricultores, ganaderos y comerciantes donde los recursos económicos son escasos.  A pesar de esto los muchachos se las ingenian para tener un teléfono celular, en ocasiones de características básicas en otras de características avanzadas, de los llamados SMARTPHONE, los que conectados a una línea WiFi les permiten navegar en INTERNET y descargar y enviar archivos. Con esto quiero señalar que este tipo de teléfonos es la TIC empleada más comúnmente por los estudiantes del CETAC 02. Además debido a que en términos generales le disponibilidad de líneas WiFi en la escuela y en la localidad es casi nula los estudiantes utilizan sus equipos para llamadas telefónicas, mensajes MSM e intercambiar archivos de texto, audio o video utilizando sus puertos BLUETOOTH, estos archivos previamente los descargaron a través de una computadora. Junto a los teléfonos celulares e igualmente comunes son los reproductores portátiles de audio y video, entre ellos los llamados iPODS y su versiones de mayor tamaño, las iPADS, con las que tienen un mejor manejo de los archivos de audio y video y de las llamadas aplicaciones (apps) que actualmente son de una gran variedad.

Las computadores portátiles (laptops, netbooks, ultrabooks) personales son menos frecuentes en el plantel, pero muchos de ellos tienen alguna de ellas para su uso en casa. Sin embargo, la presencia de una computadora con conexión a INTERNET en sus casa no es la situación común de tal manera que tienen que salir a los denominados CAFEINTERNET o CYBERCAFE a realizar sus tareas escolares o a realizar las descargas con que abastecen sus teléfonos celulares o iPODS.

Estas limitaciones no han sido factor para impedir que los jóvenes hayan desarrollado una gran habilidad en el manejo de estos equipos y que se mantengan actualizados ante la abundancia de novedades que aparecen día a día en el mercado.

La escuela, en este sentido, atiende solamente aspectos fundamentales ya que el servicio de Banda Ancha de INTERNET con que cuenta es muy limitado o solo alcanza para dar servicio a las computadoras que forman parte del centro de cómputo. En algunas áreas del plantel se ha contratado una línea WiFi, sin embargo no tiene acceso público y está destinada a unos pocos usuarios que conocen sus claves. En el centro de cómputo el uso de las computadores va dirigido al procesamiento de textos, hojas de cálculo, elaboración de presentaciones PowerPoint, consulta de páginas de INTERNET, cursos multimedia para aprender inglés, algunas han sido adecuadas para su uso en el Curso de Dibujo Asistido por Computadora (CAD) y para diseñar piezas que se manufacturarán en el torno CNC (CAM). Cabe señalar que este equipo de cómputo está  ocupado durante la mayor parte del horario de clases.

A pesar de las limitaciones en cuanto al equipo los estudiantes tienen un buen manejo de las nuevas Tecnologías de la Comunicación y la Información y una habilidad natural para aprender las nuevas propuestas que surgen en esta área. A diferencia de lo anterior,  a nosotros los maestros nos cuesta más trabajo aprender al ritmo que van evolucionando estas tecnología y cuando ya nos acostumbramos a un sistema operativo  y una versión de office resulta que ya hay otra u otras en el mercado y nuevo equipo con características superiores al nuestro. Con esto quiero decir que nuestra capacidad de adaptación a los cambios es mucho menor que la de nuestros estudiantes, y aquí se abre un área de oportunidad en la que podemos aprender muchos de nuestros alumnos y a la vez mantenernos actualizados en esta área.

En contraparte y con base en nuestra experiencia podemos ayudar a los estudiantes a aprovechar su potencial en el manejo de las TICs en su desarrollo académico y canalizándolo a aprender más y mejor sobre los contenidos de los planes y programas de estudio. Esto podemos lograrlo incluyendo en nuestras secuencias didácticas actividades que impliquen el uso de la TICs que hemos mencionado y que involucren una mayor participación de los estudiantes en este sentido.

 

JOSÉ RODRIGO NAVA MORA